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Hoy se celebra el 53º Día de la Tierra. Con este motivo, Wardy ha tenido el placer de hablar con el geohistoriador francés Christian Grataloup. El año pasado presentó en las librerías "El Atlas Histórico de la Tierra".
Cada año, casi mil millones de personas de más de 190 países celebran el Día de la Tierra. Concebido por el ex senador estadounidense Gaylord Nelson en 1970, el acontecimiento reúne diversas actividades, como limpieza de playas, plantación de árboles, conferencias y marchas en favor de la ciencia y el medio ambiente.
Por desgracia, una conciencia vaga o general ya no basta para afrontar los retos del mañana. Para ello hay que actuar de forma sostenible, como nos explicó Christian Grataloup, geohistoriador acostumbrado a los programas de televisión.
Wardy: ¡Hola, Sr. Grataloup! Usted es un geohistoriador conocido por su trabajo de estudio de la Tierra. ¿Observa algún progreso significativo en la salud de nuestro planeta desde su primer día mundial?
Christian Grataloup: Hola Wardy y hola a todos los WeWarders. En 1970, la preocupación por el medio ambiente no era tan importante como ahora. Poco tiempo después, asistimos al informe del Club de Roma (nota del editor: un grupo de políticos y profesionales creado en 1972 para reflexionar sobre los problemas sociales) y a la primera crisis del petróleo en 1973. Estábamos en pleno periodo de crecimiento con las Trente Glorieuses. Todo el mundo pensaba que no había razón para que se detuviera. Y Francia acababa de salir de los acontecimientos de mayo de 1968. Los problemas eran solo políticos y no eran, o apenas lo eran, medioambientales. Desde la instauración del Día Mundial de la Tierra, por fin nos preocupamos por lo que nuestro estilo de vida le está costando a nuestro planeta. Por desgracia, los resultados siguen siendo insuficientes.
Wardy: ¿Qué podemos hacer al respecto?
Christian Grataloup: El 7 de abril fue el Día Mundial de la Salud. El 5 de junio será el Día del Medio Ambiente. Seguro que se me han olvidado muchos otros.
Cada uno de estos días es legítimo. Pero si existen este tipo de eventos es para evitar que se olvide la deseada conciencia colectiva. Quizá deberíamos intentar concentrar mejor estas operaciones, porque tienden a desaparecer de nuestra mente. Seguimos en la Tierra, ¡así que hay que dedicar cada día a nuestro planeta!
Wardy: Un estudio reciente demostró que los usuarios de WeWard evitaban 588 000 toneladas de CO2 al año. Eso equivale a 600.000 viajes de ida y vuelta de París a Nueva York cada año. ¿Por qué caminar es necesario para el planeta?
Christian Grataloup: Caminar es el deporte más accesible del mundo. No cuesta nada, ¡e incluso puedes ganar dinero como haces con tu app!
Sobre todo, la lucha contra el sedentarismo desempeña un papel fundamental en la salud. Cuando caminamos, nuestro corazón está mejor. Teniendo esto en cuenta, es importante ocuparse de esta preocupación medioambiental desde un punto de vista individual. En un sentido más global, las autoridades geopolíticas tienden a darse buena conciencia responsabilizando el comportamiento de cada individuo. Menos volar, más caminar y menos conducir. Todo esto está muy bien, ¡pero no salvará nuestro planeta!
En la actualidad, hay 8000 millones de personas e incluso 8000 millones de peatones representan mucho consumo. Así que sí, ¡se puede hacer a través de los Wards! (Risas)
Caminar es una forma de frugalidad. Pero requiere acciones políticas fuertes, que comprometan a los Estados. Mientras no haya resoluciones reguladoras globales, nuestro planeta estará en peligro.
Wardy: WeWard también colabora regularmente con asociaciones que apoyan al planeta. ¿Cuál es su impacto?
Christian Grataloup: Cuando hablamos del ámbito asociativo, hablamos de lo que no depende del Estado ni de empresas privadas de carácter capitalista. Así que los grupos de individuos que toman las riendas son muy necesarios a escala nacional.
Wardy: Hoy en día, ¿somos suficientemente conscientes de lo que está en juego y de los riesgos que corre el planeta?
Christian Grataloup: No, desgraciadamente. El principal problema es que existe una intersección cada vez más violenta entre las cuestiones de desigualdad social y los riesgos medioambientales. El sentido de las prioridades de la gente difiere según su estatus social. Lo mismo ocurre a escala continental: hay países en los que la situación económica es tan precaria que las cuestiones medioambientales no pueden figurar en el orden del día. Si no conseguimos vincular rápidamente las cuestiones de desigualdad con la protección del planeta, nunca veremos avances significativos.
Wardy: ¿Qué sector debemos salvar primero?
Christian Grataloup: Todos los ámbitos medioambientales desempeñan un papel crucial para nuestro planeta. Pero si tuviéramos que salvar una sola prioridad, diría que el océano. Solo hay uno, ¡y es nuestro principal sumidero de carbono! El océano es nuestro principal absorbente de carbono debido a todas las formas de vida que contiene. Por tanto, debemos mantener zonas protegidas en los océanos y regular todas las actividades, ¡pero sin prohibirlas! Proteger los océanos sin penalizar a las poblaciones precarias requiere acuerdos internacionales. Hoy abrimos más centrales eléctricas de carbón... ¡que, en términos de contaminación, es lo peor que hay! Es una cuestión de sentido común. No obstante, debemos seguir siendo optimistas. El agujero de la capa de ozono se está cerrando, gracias sobre todo a la reducción de los gases de efecto invernadero.
Wardy: Para concluir: además de caminar, ¿cuáles son las pequeñas acciones que pueden integrarse fácilmente en la vida cotidiana de todos por el bien de nuestro planeta?
Christian Grataloup: ¡Cocina! Compra frutas y verduras, productos sanos, ¡y consume menos productos precocinados! Además de ser beneficiosas para la autoestima y el medio ambiente, estoy convencido de que estas acciones tienen un importante impacto medioambiental.
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